Coherentes contradictorios

Hace falta talento para aparecer como defensor de la república mientras se vive del rey.
Como Juan Manuel de Prada, premio Planeta, que no pierde ocasión de salir en la prensa y en televisión para darnos su moralina sobre lo mala que es la fama y la de basura que se emite. No lo sabes tú bien.
Como Sánchez Dragó, que despotrica contra una España de incultos, vulgar y cutre en la que él es superventas y nunca le ha faltado su programita en la tele. Sí que son cutres los españoles, sí.
O como otro superventas, con novelas adaptadas al cine, Pérez Reverte, que no se corta en arremeter contra los actores o contra Hollywood cuando hace falta, o en señalar la mediocridad de los ministros y las instituciones, desde su confortable sillón de la Real Academia. Porque yo lo valgo.
Y otros cuantos que se quejan de lo podrida que está la sociedad (de la que ellos forman parte bien activa).