Por la ciencia hacia dios

Suele decirse que cada paso que avanza la ciencia, la religión retrocede otro. Se ponen ejemplos como el del dios vikingo Thor, divinidad del trueno, que murió el día que se supo que el trueno era el efecto de un choque de nubes. Así se termina por pensar que la religión llena los huecos que deja la ciencia. Pero esto no deja de ser un tópico, una idea que ha tenido éxito, aceptada sin pensarlo demasiado.
Todas las religiones tienen relatos míticos, ya sean sobre el origen del mundo, u otra cosa. Hay mucho discutido sobre qué son los mitos, ahora me basta con decir que son la forma que los pueblos tuvieron de conservar en la memoria común ciertos acontecimientos. Pero atención, algunas de esas narraciones se han visto refrendadas siglos, milenios después por la arqueología, por ejemplo. Es más que probable que hubiera una guerra en Troya... Esto debería hacernos pensar.
Pero ambas han vivido desde los orígenes en trincheras enfrentadas. La religión siente que la ciencia es una amenaza, y la ciencia ve a la religión como aquello que nos ata a la caverna.
Pero ¿y si la ciencia se encontrase al final de sus explicaciones cara a cara con dios? ¿Y si la gran teoría general que buscan los investigadores resultase una fórmula que demuestra la existencia de dios? Pensemos que por qué no, cada paso que da la ciencia es un paso que se acerca a dios. Si tenemos que vivir en el tópico, ¿no es este más conciliador? ¿No nos da más esperanzas?