De entre todas, una

Desde que somos muy pequeños nos dicen lo que tenemos que hacer, a lo que tenemos que aspirar, cómo lo tenemos que conseguir... Nos lo dicen nuestros padres, la familia, los vecinos, la tele, la publicidad... Se nos llena tanto la cabeza de pensamientos ajenos que para cuando nos damos cuenta de que una de todas esas voces tiene que ser la nuestra, es casi imposible que la reconozcamos. Por eso me hace gracia el palabrerío fácil ese de "haz caso a tu corazón", "sé tú mismo", como si fuese algo sencillo. Los antiguos, mucho más sabios en esto, eran conscientes de que esta tarea podía llevar toda una vida, que hay quien solo escucha nítidamente su voz diez minutos antes de morirse.
¿A qué debemos aspirar? Nuestro cuerpo ha variado muy poquito desde que somos homo habilis, y nuestro cerebro hace cien mil años ya era como hoy. Según esto, quizá solo debamos aspirar a comer y reproducirnos. Y básicamente es lo que hacemos, pero lo hemos complicado muchísimo. ¿Qué somos?