11 abril 2007

¿El don de la fe?

Ellos, al oír que vivía y que había sido visto por ella, no creyeron.
[...]
Ellos volvieron a comunicárselo a los demás;
pero tampoco creyeron a éstos.
[...]
Se les apareció y les echó en cara su incredulidad y su dureza de corazón,
por no haber creído a quienes le habían visto resucitado.

Marcos 16, 11-14.


Lo determinante es si Jesús resucitó o no, porque si no lo hizo, no dejaría de ser uno más. Pero si lo hizo, si realmente venció a la muerte, entonces...
Ocurre, sin embargo, que aquellos que le conocieron, que convivieron con él no lo creyeron. Tuvieron que verle resucitado.
Cómo se nos puede pedir a nosotros, tristes viandantes del siglo XXI, que creamos, si ellos necesitaron pruebas. No creo que se nos pueda condenar por esto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El sábado tráete el capirote.

O lo buscaré en tu armario.

Que a mi no me engañas, chatín.

Tu post.Mi comentario.

Y mi beso,claro.

Anónimo dijo...

hace un año era I futuro.

Hoy, el presente te habla en él.